El 15 M fue un movimiento social espontáneo que surgió como respuesta a la insatisfacción de la sociedad civil ante la situación política general del país. Por primera vez en muchos años, personas de diferentes ideologías, edades y estratos sociales, salían a la calle de forma voluntaria con la intención de exigir cambios. Algo sorprendente en una sociedad que, desde hace muchos años, parecía indolente y adormecida.

 

Pero, ¿Qué demandaban concretamente los participantes en el 15-M? Y lo que es más importante, ¿Sirvió para algo?

 

El movimiento 15-M decidió organizarse para, de entre la amalgama de ideas y propuestas que nacieron en las diversas plazas de ciudades españolas, poder definir unas líneas maestras en sus reivindicaciones.

 

Estas, pese a ser muy amplias y variadas, se centraban en aspectos como la reforma de la ley electoral, la lucha contra la corrupción, la transparencia de partidos e instituciones, una mayor participación del pueblo en los mecanismos de decisión de los partidos y la paralización de los deshaucios.

 

Las demandas del 15M 6 años después

 

Pese a que resulta innegable que el 15 M ha tenido impacto sobre la vida política, el recorrido de sus demandas ha sido desigual. En algunos casos, se han logrado sus objetivos, si bien éstos han sdo los menos, ya que en la mayoría de sus demandas, aún hay mucho camino por recorrer.

 

La reforma electoral está en la agenda de muchos de los partidos como resultado de estas demandas, pero dado que es un aspecto en el que unos ganan y otros pierden, no parece haber prisa por lograr que sea una realidad.

 

La transparencia es otro punto que el 15 M podría interpretar como una victoria, de no ser porque, más allá de las leyes y normas aprobadas para regularla, el seguimiento que se hace de estas es anecdótico.

 

Y algo parecido puede decirse del tema de los deshaucios. Pese a la disminución de éstos, es un tema que no está resuelto, y a día de hoy siguen produciéndose.

 

En lo que sí que ha supuesto un impulso notable es en la lucha contra la corrupción. Empujados por la opinión pública y por la acción de la justicia, los partidos son ahora mucho menos permisivos con este tipo de comportamientos.

 

La existencia de elecciones primarias en la mayoría de partidos también puede entenderse como una consecuencia del 15 M, ya que antaño toda la organización y estructura se diseñaba desde la cúpula. Hoy en día no hay grandes cambios respecto a esto, pero al menos los ciudadanos tienen la posibilidad de votar al secretario general y por tanto, tienen cierto grado de control sobre los cuadros dirigentes.

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